Eligiendo hierros: palos que perdonan o palos que castigan
Ayer mientras estaba con mi mujer y mis niños en el tee de prácticas, el ranger de nuestro club, me hizo uno de esos comentarios a los que en estos momentos sigo dándole alguna que otra vuelta: ¿ por qué no cambias tus palos por otros más fáciles?
Desde hace más de un año tengo unos Callaway X Forjed Irons con los que estoy encantado, por eso la pregunta de ayer de Alberto, el ranger, me hizo preguntarme porque estaba tan contento con ellos, y después de haberle dado alguna que otra vuelta, y haber probado unos hierros más fáciles, tengo que reconocer, que lo que más me gusta de mis hierros son las sensaciones que me transmiten cuando le pego bien o cuando le pego mal.
Es muy probable que jugando con unos hierros con más perdón, mi vueltas acabasen con algún golpe menos en el corto plazo, porque después de estar probando ayer unos Mizuno MX 25, tengo que reconocer que son mucho más fáciles que mis Callaway X Forjed, que me dan una trayectoria de bola que me gusta, que es muy probable que algunas veces saliese del campo con mejores sensaciones, sin embargo, tras un rato con ellos en el tee de prácticas, tengo que reconocer que no los cambiaría por mis Callaway X Forjed, lo que me ha llevado a realizarme la siguiente pregunta: ¿seré masoquista?
Algunos me imagino que estaréis pensando que sí, que soy masoquista, y razones no os faltarán para pensarlo. Otros pensaréis que no, que las sensaciones son muy importantes, que el tener unos palos que te transmitan mucho, nos puede ayudar a ir mejorando nuestro nivel de golf, ya que las sensaciones de los malos golpes, serán los que nos motivarán para seguir entrenando y seguir teniendo ganas de mejorar. Que las sensaciones de uno de esos hierros cuando cazas la bola perfecta son impagables, que aunque uno sólo pegue en todo el día una bola perfecta, en el punto más dulce, nos sirve para irnos contentos a casa y volver mañana con más ganas….No es equivoquéis, todos esos que me dáis la razón en esos puntos, es probable que padezcáis el mismo problema que yo: el masoquismo, aunque agradezca mucho vuestra compresión.
Unos pensaréis que el golf ya es un deporte lo suficientemente complejo y difícil, razones no os faltan, y que cualquier ayuda que podamos tener desde el comienzo, como los palos con perdón, son una bendición, sin embargo, yo me sigo quedando con las sensaciones, las buenas y las amargas, quizás porque aún sea relativamente joven y golfísticamente inmaduro para aceptar una derrota o darme por vencido, pero por ahora, me encuentro con las ganas y la motivación suficientes para jugar al golf con todas esas sensaciones….Ingénuo de mi.
Imagen | Mizuno